Mis relatos
SONETO A ADELA CON MOTIVO DE SU JUBILACIÓN
Cuando el coro afina sus dulces voces,
le canta a Adela su melodía.
sonido que se escucha hasta en Turquía
sin tener que usar unos altavoces.
Quizá esta linda letra reconoces,
reflejan tu labor del día a día
en la soleada y vieja abadía
y recuerdes esos años veloces.
Adela, maestra incondicional,
llegó la hora de tu jubilación,
este poeta quiere dedicarte
estos versos, son como un manantial
que pesca el agua de tu vocación
para transformarlo en verdadero arte.
A JULIO JESÚS
¿Recuerdas esta bonita canción
para despedir la amena jornada?
Tú, que tenías la atenta mirada,
todos hemos apreciado ese don.
Julio, aterriza tu jubilación,
se te ha puesto la cara colorada,
alegre recorriste la cañada,
siempre tuviste una gran ilusión.
¿Recuerdas cuando llegamos al cole?
Aunque han pasado más de veinte años
tú jamás olvidaste sonreír.
Has sido el maestro de vasta prole,
les diste de beber del lindo caño
y les enseñaste a sobrevivir.
SONETO A EMMA
El canto de tu jubilación llega
en la madrugada, tan animado,
Emma, que espero sea de tu agrado,
llene las tinajas de tu bodega.
¡Tú que siempre fuiste tenaz labriega
de la enseñanza! Corazón volcado
en tus alumnos, firme y afanado,
con esa convicción tuya tan ciega.
Emma, fuiste como aquella cometa
anaranjada en las manos de un niño
que al mirarla deja un perfil potente.
Emma, con estos versos, el poeta
quiere elogiar tu trabajo docente
con una gran amistad y cariño.
JUBILACIÓN DE RAMÓN ARTEAGA
Suenan campanas de jubilación,
el director retira su batuta,
ha culminado su espléndida gruta
tras muchos años de duro tesón.
El despertador toca, don Ramón,
ya no sonará más la vieja flauta
en el Carmen Arias, aquella ruta
cargada de renovada ilusión.
Faltará la magia que tú donaste,
la gracia de diseños tan diversos
que, a través de imágenes, ofreciste.
Recordaremos esos lindos versos
en aquellos dibujos que escribiste,
que, con tu firma intachable, plasmaste.